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Haití y República Dominicana comparten la isla de La Española

Una misma isla, dos mundos diferentes

Haití aún se encuentra sumido en el caos debido a la violenta guerra entre bandas en el sur del país, especialmente en la capital, Puerto Príncipe, que provocó una importante oleada de desplazamientos internos: se cree que casi 200.000 personas fueron desplazadas en 2023, y varios miles desde principios de 2024. Miles de haitianos siguen intentando huir a la vecina República Dominicana, lo que ha desencadenado una grave crisis en la frontera.

Las relaciones entre Haití y República Dominicana, que comparten la isla de La Española, son complejas desde hace mucho tiempo. Aunque las economías de ambos países eran comparables a mediados del siglo XX, la dominicana mejoró gradualmente en las décadas siguientes. Haití, asolada por la inestabilidad política, ha visto cómo se deterioraba su economía.

Además, Haití pagó un precio muy alto por su libertad: Francia acordó reconocer a Haití como país independiente y soberano, pero a cambio exigió una indemnización ("deuda de la independencia") de 100 millones de francos, aproximadamente 21 mil millones de dólares en la actualidad. A los haitianos les llevó más de un siglo pagar la deuda (esto sucedió en 1947), lo que obstaculizó el desarrollo económico del país durante décadas.

Mientras que Haití es actualmente el país más pobre del hemisferio occidental, la situación es radicalmente distinta en República Dominicana. Casi seis de cada diez haitianos (58,7%) viven con menos de 3,7 dólares al día, mientras que sólo el 4% de los dominicanos se encuentran en esta situación de pobreza. Además, el PIB per cápita es casi seis veces superior en República Dominicana que en Haití, según datos del Banco Mundial. Estas diferencias también se reflejan en la esperanza de vida de cada país: Haití tiene una esperanza media de vida al nacer de 63 años, frente a los 73 años de República Dominicana.

Haití se enfrenta a un periodo especialmente intenso de crisis política y social desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Tras su muerte, el consiguiente vacío de poder ha sido ocupado por bandas rivales, mientras que el sucesor de Moïse, el primer ministro Ariel Henry, ha sido duramente cuestionado como jefe de gobierno y presentó su renuncia semanas atrás.

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