Principal

Diario YA


 

Editorial: "Otra vez en Madrid"

Poco puede hacerse, ante una tragedia de estas dimensiones, salvo rezar por las almas de los fallecidos. Confiar en que ahora están al lado del Padre, recibiendo el consuelo que merece el terrible fin de sus días en este mundo. Porque hay algo que aún conmueve más que el tétrico espectáculo de las llamas y los hierros retorcidos por el fuego, y es la presunción de cómo debieron vivir las más de 150 víctimas del accidente de ayer en Barajas sus últimos instantes de vida.

El espanto irá dejando paso a la necesaria actitud crítica de saber qué ha pasado, si ha sido inevitable o no, si alguien pudo hacer algo para que no ocurriese, si realmente las vidas de estas personas estaban en manos del azar. Es urgente la investigación para saber si verdaderamente un avión es un lugar seguro en el que viajar, o por el contrario se trata de un servicio sometido peligrosamente a las leyes del mercado, de la oferta y la demanda, y por tanto, también sujeto (como otros) a pequeñas mezquindades humanas.
 
Los primeros datos apuntan a que el aparato, de fabricación norteamericana, llevaba quince años volando y había pasado su última revisión el pasado mes de enero. Será, como es habitual en estos casos, la caja negra la que determine qué ocurrió en el MD-82 para que finalmente se desencadenase la horrible desgracia. Parece obvio, no obstante, que el avión nunca debía haber despegado del aeropuerto de Barajas, si observamos que uno de sus motores comenzó a arder a los pocos instantes del despegue.
 
Madrid, escenario del peor atentado terrorista que ha sufrido España en toda su historia (11 de marzo de 2008) vuelve a sufrir un golpe tremendo a la moral pública, esta vez en forma de accidente aéreo. Y a pesar del carácter “inevitable” que, por naturaleza, tiene todo siniestro de estas características, es un suceso que nos obliga a reflexionar sobre la sociedad de consumo en que vivimos, sobre la condición de “clientes” que tenemos los ciudadanos. Es una tragedia que nos debe hacer pensar.
 
DiarioYa.es se suma al dolor de todos los españoles por el fallecimiento de las más de 150 personas que ayer querían iniciar sus vacaciones en las Islas Canarias y se toparon de frente con la muerte. Este diario quiere estar al lado de los familiares de las víctimas en estos momentos terribles, y elevar una oración en memoria de todas ellas. Descansen en paz, y que Dios las reciba en sus brazos.

 

Jueves, 21 de Agosto de 2008.

Etiquetas:editorial